miércoles, 13 de enero de 2010

De paso

Estoy feliz, seguramente nos podremos llevar a Nagore a casa el lunes y aunque todavía tengo el susto metido en el cuerpo, de todo se aprende y yo he aprendido que tengo un precio…mi niña…mi madre dice que he aprendido la lección relativamente tarde y que ahora la entenderé por fin…es curioso como la vida e cambia en cuestión de segundos…bueno más que curioso es aterrador y fascinante depende muy mucho del factor de tu vida que te toque…

Cuando Nagore nació no “disfrute” de la baja maternal completa la compartí con Gorka…nos parecía a los dos lo más equitativo en nuestra nueva vida de padres…la gente flipo…y no entendían como podía “abandonar” a mi hija al mes y medio de dar a luz y no sentir ningún tipo de remordimiento. Mi respuesta es que yo no “abandonaba” a mi hija sino que la dejaba con su padre y que para mi entre comillas había sido una liberación salir de casa y volver hacer mi vida normal porque durante ese tiempo me había vuelto un pelín neurótica…en cambio con todo esto he sido incapaz que de dejarla al cuidado de nadie y me he sorprendido haciendo, sintiendo cosas realmente sorprendentes, mi problema yo creo que radica en que he tenido muchos sobrinos y no fui una primeriza al uso, las millones de experiencias con mis sobrinos me han servido de escudo humano para no asustarme cada vez que le pasaba algo “extraño”, ahora bien para esto no estaba preparada la verdad es que no y creo que nunca olvidaré cuando me llamo el padrino de Nagore.

El año pasado tuve un aviso para recapacitara sobre la forma de vivir…cuando conocimos a Nadya algo nos cambio, y ahora cada día tengo más claro que definitivamente algo tiene que cambiar. Quiero daros las gracias por estar ahi que no es otro lugar que aqui conmigo.

De paso (Luis Eduardo Aute)